- Dentro de los cuatro componentes que propone Archie Carroll, Aerocontinente no presentaba ninguno. Se podría pensar que dentro de sus lineamientos se encontraba la responsabilidad económica. Sin embargo, ¿es responsabilidad económica real, llevar un negocio que no es sostenible en el tiempo? Eso es simplemente ambición económica, pero no se debe confundir con responsabilidad económica. Por otro lado, es claro que la empresa en cuestión no presentaba las tres siguientes responsabilidades: legal, ética ni filantrópica. Evadían la ley al evadir impuestos y al quebrantar las leyes que rigen sobre el tráfico de drogas. No tenían principios éticos aplicables a su organización, y tampoco tenían conductas éticas. Por último, no desarrollaban actividades filantrópicas, al contrario, en lugar de ayudar a las personas, explotaban a quienes necesitaban para el cultivo, producción y maceración de la hoja de coca.
- Dentro de las teorías normativas de la ética para los negocios, siguiendo las teorías consecuencialistas, se puede concluir que la teoría del egoísmo, propuesta por Smith, no se aplica al caso Zevallos, pues al querer lograr sus interese personales, en lugar de encontrar un equilibrio con el de otros, se potenciaron para actuar con estándares éticos distorsionados. Por otro lado, la teoría utilitarista tiene un mejor alcance, pero tampoco se aplicó para el desarrollo o no de las actividades. Según la teoría utilitarista del caso, lo recomendable hubiera sido no elegir la opción del narcotráfico.
- Por otro lado, analizando la teoría descriptiva de la ética para los negocios, se puede concluir que los factores personales primaron sobre los factores situacionales para el desarrollo del negocio. Movidos por sus intereses personales, los hermanos Zevallos dejaron a un lado los factores situacionales.
- Como ya se menciono, Aerocontinente no poseía un código de ética, canales de reporte y consultas, ni se realizaban auditorías sociales. Los comités éticos eran dirigidos por los hermanos Zevallos, lo que sin duda sesgaba la información. Las herramientas gerenciales de la ética para los negocios no eran aplicadas dentro de la organización.
Por otro lado, a lo largo de todo el trabajo presentado, sobre el desempeño ético de Aerocontinente, se ha llegado a una serie de conclusiones que presentamos a continuación:
- Aerocontinente priorizó el estímulo económico por sobre el desarrollo de un trabajo íntegro que colabore con el desarrollo social y estimule el comercio justo. La competencia desleal que encabezó Aerocontinente en los años 90, fue el móvil para que cerca de 17 aerolíneas peruanas salieran del mercado, llevándose, consigo, miles de trabajadores desempleados. Estas no podían competir con precios tan bajos financiados por el narcotráfico. Los precios de Aerocontinente eran agresivamente bajos, pues, claro está, el ingreso mayor no venía del negocio en sí, sino provenía del narcotráfico.
- Los ejecutivos de la empresa no fueron capaces de ver más allá de sus propias narices. Con el “gran negocio” perjudicaban a más de un grupo de interés. Engañaban al gobierno al pagar menos impuestos de lo que en realidad percibían, contaminaban el medio ambiente con dos de las industrias más contaminantes y destructoras, los competidores fueron desplazados, los empleados fueron despedidos, los accionistas fueron a la cárcel, entre otros. Realmente la empresa no le prestó el más mínimo interés en el impacto que generarían en sus grupos de interés. Esto se puede ver más claramente en el análisis utilitarista, en donde eran 5 los grupos de interés beneficiados por el negocio y 7 los perjudicados.
- Por otro lado, Aerocontinente no solo perjudicó a sus grupos de interés, sino que se perjudicó a sí mismo como organización. El negocio no era sostenible en el tiempo. Al solo fijar sus esfuerzos en el ámbito financiero y económico, y subestimar el ético y el medio ambiental, la gestión de Aerocontinente era, solamente, una bomba de tiempo. Era cuestión de tiempo para que todo salga a la luz y finalmente, “una de las empresas peruanas más lucrativas”, se fuera a la quiebra. Para ellos era muy importante el fin (ganar dinero), pero el medio por el que lo hicieron fue, sin duda, el equivocado. Explotaban personas en la selva, destruían campos de cultivo alternativo para el cultivo de la coca y su maceración, y, obviamente, no tenían un código de ética dentro de la organización.
- Dentro de la gestión de la aerolínea en cuestión, se pueden identificar diversas áreas grises, que son ese límite entre la ley y lo que es ético. Por ejemplo, en cuanto la estrategia de precios bajos, nadie dirá jamás que sea incorrecta. Una estrategia en precios bajos permitió que Aerocontinente se posicione como una empresa con promociones y precios bajos, accesible a todas las personas. Hasta este punto, todo el legal. Sin embargo, el móvil del cómo era que se lograban estos precios bajos, escapa de los ámbitos legales. Las operaciones ilegales para el financiamiento de la empresa. El negocios aerocomercial, era una cortina de humo para el lavado de dinero proveniente de las drogas. Este caso debe ser evaluado por la falta de ética en el mismo, o el grado ético de los involucrados.
- Por otro lado, es obvio que los funcionarios de Aerocontinente no siguieron las líneas del velo de la ignorancia. ¿Qué hubiera pasado si, en lugar de ser importantes empresarios peruanos (que comercializaban con la droga), hubieran sido los hijos de quienes eran explotados en la selva? No fueron capaces de pensar, en un instante, en la condición del otro y ponerse en su lugar.
- Si duda, no aplicaron herramientas gerenciales de la ética dentro de la organización.
¿Cuáles son las perspectivas futuras de un negocio como este?
Un negocio que no es sostenible no dura en el tiempo. En la actualidad, Aerocontinente es la prueba fehaciente de este hecho. En la quiebra, con sus funcionarios en la cárcel y millones de dólares perdidos. Lamentablemente, aún existen empresas dedicadas al lavado de dinero. Pero estas deberían mirar al pasado y tener una visión más global de los hechos.
Si en un futuro, alguien se animara a hacer los mismo que Aerocontinente, debe saber que las miradas estarán puestas en él.
Lamentablemente, este tipo de experiencias le enseña al gobierno peruano que debe actuar con mayor eficacia en la lucha contra el narcotráfico. No es un tema meramente económico, por la falta de percepción de ingresos, sino es un tema social, en el que están involucradas más personas de las que se pudieran calcular en cifras. Se trata de una mafia a nivel mundial, desde el proceso de cultivo de la hoja de coca, hasta la entrega final del producto en las manos de algún consumidor estadounidense o europeo.
Lamentablemente, el Perú encabezó una vez más una noticia vergonzosa alrededor del mundo. Que esto nos enseñe, para el futuro, a saber y reconocer la importancia de llevar un negocio exitoso, financieramente hablando, pero sobre todo, que maneje códigos de ética claros y que los lleve a cabo para el bienestar y equilibrio en la sociedad.
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